Volviendo a Trujillo después de 21 años

Cuando era pequeña, los viajes por el Perú eran cosas frecuentes en mi familia, ya que mis papás aprovechaban las vacaciones para que ellos puedan pedir permiso en sus trabajos (bueno mi papá) y así poder viajar todos. Dentro de los tantos viajes que hice de pequeña, Trujillo fue uno de esos lugares. Este año, después de 21 años, lo volví a visitar pero con Yoshi, quien no conocía esta ciudad.

Aprovechamos el feriado largo de octubre y llegamos el viernes 05 de octubre por la noche. Tenía mis dudas de volar en LATAM pero felizmente el vuelo de ida salió puntual. Habíamos contratado con anticipación el servicio de movilidad del hotel, así como la estadía en el hotel por 3 noches. El hotel donde nos hospedamos fue Suite Plaza Hotel, el cual está a 2 cuadras de la Plaza de Armas. Como llegamos bien tarde (cerca a las 10:30 p.m.), dormimos ni bien llegamos, ya que al día siguiente empezaba nuestro tour (que ya había separado desde Lima).

El primer día visitamos el Complejo Arqueológico de Chan Chan. Tuvimos mucha suerte de que tuvieran precios especiales para estudiantes, y como Yoshi y yo estamos retomando estudios, el precio de la entrada nos salió menos. También me sorprendió mucho como ha cambiado los alrededores, ya que no recordaba que hubiese tantas casas y edificios cerca a los complejos arqueológicos.

Chan Chan
En Chan Chan

En la hora de almuerzo, almorzamos en Huanchaco, en un restaurante llamado El Sombrero. Desde días antes, había averiguado en qué lugar podíamos almorzar, sin embargo al final optamos por este lugar porque sólo teníamos 1 hora para almorzar, así que no nos dio de otra que almorzar ahí. Nuestro pedido fue: Causa de Langostinos, Ceviche Mixto de Corvina y Pescado a lo Macho. Les cuento que en mi vida había comido un Ceviche TAN HORRIBLE. No tenía sabor a limón, ni nada. Luego me enteré que así nomás, no comes rico en Huanchaco, por eso que son contaditos los restaurantes ricos. La Causa de Langostinos no estaba mal pero le faltaba ají y limón, y el Pescado a lo Macho estaba pasable, al menos muchísimo mejor que mi ceviche, por eso que Yoshi me dejó un poco de su plato. Sin contar que los platos carísimos. Nuestra cuenta salió S/ 148.00 por esos 3 platos y una jarra de limonada. No lo recomiendo para nada.

Causa de Langostinos_El Sombrero
Causa de Langostinos
Ceviche Mixto de Corvina
El Ceviche más feo del mundo!
Pescado a lo Macho
Pescado a lo Macho

Luego de almorzar, nos dirigimos al Complejo Arqueológico Huaca del Sol y de la Luna. Sinceramente, no recordaba mucho de este lugar, y caminamos regular. El guía explicó detalladamente las cosas que pudieron ocurrir ahí hace muchos años y los tipos de rituales que se hacían. Me sorprendí de lo crudos y violentos que pudieron ser los antiguos peruanos. Después de este tour, regresamos de nuevo a la capital.

Huaca del Sol y de la Luna
Junto al dios Ai apaec, en la Huaca del Sol y de la Luna

En la noche, buscando lugares recomendados para cenar, caímos en El Rincón de Vallejo pero no pasó nada (y Yoshi me odió por esta mala referencia). Nuestro pedido fue: La Yuca Rellena, Salchipollo y Molleja con Sillao y Ajo. La entrada estuvo rica pero no fue deliciosa, sin embargo no me pareció mala ya que nunca antes había probado Yuca Rellena, el Salchipollo de Yoshi parecía radioactivo, el hot dog era fosforescente, pero como tenía hambre se lo comió y mi Molleja con Sillao y Ajo estaba pasable, pero no estuvo muy rico. La cuenta salió como S/ 49.50 (inc. bebidas). Este primer día fue un mal día para la comida, y eso nos deprimió un poco. Así que nos fuimos a Plaza Vea a comprar algunas cosas para poder picar en el hotel.

Yuca Rellena
Yuca Rellena
Salchipapas fosforecentes
Mollejas salteadas con Sillao y Ajo
Mollejas salteadas con Sillao y Ajo

El segundo día visitamos el Complejo El Brujo y vimos a La Dama de Cao. Este complejo fue descubierto en el año 1997, lo que explica porque hace 21 años, cuando vine por primera vez, solo mostraban Chan Chan, y las Huacas del Sol y de la Luna.

De acuerdo a la guía, en El Brujo, aún van en un 4% de la investigación, lo que me dice que, si vuelvo en 21 años más, puede que vea más cosas aún. Asimismo, visitamos el Museo de Cao que se encuentra dentro del mismo Complejo y cuenta con cosas sorprendentes que han sido encontrados dentro del Complejo, así como la momia de la Dama de Cao, sus joyas y utensilios. Tuvimos que hacer un viaje largo de ida y vuelta ya que el Complejo El Brujo se encuentra como a una hora de la capital.

Complejo El Brujo
Complejo El Brujo. Ahí fue donde encontraron a la Dama de Cao

Con respecto a la comida, sentí que nuestra suerte estaba mejorando ya que seguí la recomendación de mi prima y de una amiga tanto para el almuerzo y como para la cena respectivamente. Fueron buenos datos ya que, además de comer bien, pagamos la mitad de lo que pagamos el día anterior.

En el almuerzo, fuimos a un Café Restaurante llamado Asturias. Tuvimos un poco de mala suerte ya que en cocina, no hubo mucha gente por lo que demoraron como 40 minutos en servirnos pero nos indicaron que esto iba a ocurrir. Para almorzar pedimos: Sopa Criolla, Suprema en Salsa de Champiñones con papas doradas y Chicharrón de Calamar con papas doradas. Todo estuvo delicioso y la cuenta salió S/ 65.50 (inc. bebidas).

Sopa Criolla
Sopa Criolla
Suprema de Pollo en Salsa de Champiñones con papas doradas
Suprema de Pollo en Salsa de Champiñones con papas doradas
Chicharrón de Calamar con papas doradas
Chicharrón de Calamar con papas doradas

Luego volvimos al hotel para descansar, para después ir a cenar a El Hornito, una pizzería que a simple vista parece un lugar pequeño pero al fondo hay muchísimas mesas más. Ni bien nos sentamos, nos recibieron con Pan al Ajo en cantidades industriales (bueno no tanto pero era bastante), nos comimos todo mientras pensábamos qué pizza pedir. Finalmente optamos por dos personales: Pizza Exótica (Salsa de Tomate, Queso Mozzarella, Jamón, Salchicha y Salami) y Pizza Insurrecta (Salsa de Tomate, Queso Mozzarella, Jamón y Salchicha). Les cuento que, aunque parecía poco, nos llenamos muchísimo (creemos que fue por el pan al ajo), tanto así que dejamos media pizza personal (algo de lo que me arrepentí al día siguiente en el aeropuerto). La cuenta no salió más de S/ 35.00 (inc. bebidas).

Pan al Ajo
Pan al Ajo
Pizza Insurrecta
Comiendo la Pizza Insurrecta

Después de comer, regresamos al hotel ya que esa iba a ser nuestra última noche y al día siguiente nos tocaba hacer compras de los tradicionales King Kong y chifles.

A la mañana siguiente, no desayunamos en el hotel y en su lugar fuimos a la Panadería San Agustín de Bolivar, recomendado por la misma amiga que me recomendó El Hornito. Cuando llegamos al lugar, lo primero que pensé fue que el lugar era muy pequeño y no podíamos comer, sin embargo nos dijeron que a la vuelta estaba la entrada al segundo piso, así que fuimos, nos acomodamos e hicimos el pedido. Yoshi pidió un Pan con Asado y yo uno con Chicharrón. Demoraron un promedio de 10 minutos en despachar el pedido pero debo decirles que estuvo muy rico, lo malo es que el pan con chicharrón no vino con camote como estamos acostumbrados los limeños pero estuvo bueno. El pedido salió S/ 24.50 (inc. bebidas).

Pan con Chicharrón

Luego, fuimos a hacer las compras pero caí en cuenta que solo había sacado S/ 50.00 y ese dinero no me iba a alcanzar, así que compramos lo que pudimos y volvimos al hotel.

Después de tener nuevamente la plata, fuimos a almorzar a un restaurante recomendado por mis papás, llamado Doña Peta. Como era lunes, me pedí una Sopa Shambar, que siempre se sirven los lunes. Yoshi se pidió Frejoles con Cabrito. Super suavecito y sabroso, además que vino con Papa a la Huancaína como entrada, y ni que de decir que este restaurante da como cortesía Tamalito Verde y aparte una copita de Algarrobina. Nuestra suerte con la comida iba mejorando pero ya nos estamos regresando a Lima. La cuenta salió S/ 61.90.

Cortesía del restaurante: Tamalito Verde con Algarrobina
Sopa Shambar, que se sirve siempre los lunes
Papa a la Huancaína
Frejoles con Cabrito

Finalmente, después de almorzar, nuestro propósito fue regresar a donde habíamos comprado los primeros King Kong, sin embargo, caminando hacia donde vendían los dulces, nos topamos con una tienda (ubicada en la cuadra 7 de Jirón Orbegozo) que, además de que aceptaba tarjeta de crédito, la atención fue muy amable y nos regalaron dulcecitos por las compras, además que sus precios eran muchísimo más económicos. Compramos todo lo que pudimos y en el hotel tuvimos que hace magia para que todo entrara en nuestras dos carry on.

La verdad que este viaje relámpago fue bastante productivo y aprendimos muchísimo del antiguo Perú, así como comimos rico los últimos días de estadía y compramos mucho King Kong para nuestros familiares.

Si ustedes tienen planes de visitar Trujillo, no duden en escribirme en caso tengan consultas o deseen saber un poco más sobre los sitios que visité.

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